Nuestro Nombre
En nuestra comunidad llamamos con simpatía a nuestro colegio como “el Pancho”. Este apodo cariñoso, creemos, refleja la relación afectuosa y democrática, que intentamos construir cotidianamente.
También es el diminutivo de Francisco, en alusión a Francisco de Miranda. Pero ¿por qué este nombre? Sus ideas precursoras, adelantadas a su tiempo, su destacada participación en trascendentales eventos históricos en todos los continentes le valieron la mención de ser conocido como el primer Americano Universal.
Te invitamos a conocer algo más de este líder visionario.
Nuestro Colegio lleva el nombre de un gran precursor de la Independencia Latinoamérica. Fue uno de los primeros en descifrar y comprender el momento histórico de su tiempo, esa es su originalidad y jerarquía. Persiste en esta idea durante 30 años, sacude a los Americanos con su llamado de urgencia: “Levántate y anda”. En estas líneas queremos invitarte a conocerlo más, para profundizar en la condición mirandiana de nuestra comunidad.
Sebastián Francisco de Miranda Rodríguez nació en Caracas el 28 de Marzo de 1750. Es hijo de Sebastián, un español y de Antonia, venezolana. Su lucha por la libertad la extendió en tres continentes: África, Europa y América, y fue combatiente activo en los tres acontecimientos más importantes de su época: la Independencia de los Estados Unidos, la Revolución Francesa y la Independencia de Latinoamérica.
Fue un amante del conocimiento, tiene estudios en matemáticas, es políglota, sabe de historia y de geografía. Su pasión es la lectura, construye una variada biblioteca con obras de filósofos y enciclopedistas famosos de la época, -su único patrimonio- varias de ellas prohibidas por la Inquisición.
Comienza su carrera de militar en el año 1772, bajo las órdenes españolas. Ese mismo año es acusado por el tribunal inquisitorial por retención de libros prohibidos y por tener amistades del bando enemigo: los ingleses. Se esconde en los Estados Unidos, donde estudia el proceso de la Revolución Norteamericana, desde allí comienza a soñar su proyecto de independencia de todo el continente americano.
Más tarde se traslada a Francia en plena revolución. El gobierno de París le propone enviarlo a Haití para someter a los esclavos y mulatos que luchan por su libertad y la de su patria, pero Miranda rechaza esa misión. Miranda denuncia a los traidores y a las rivalidades entre los revolucionarios, comienza los largos años de tribunales y clandestinidad.
Su periplo europeo lo hace vivir en Londres y París pasando por períodos de protección brindados por la zarina Catalina de Rusia, que se transforma en su protectora del acoso español.
En 1797 firma, la llamada Acta de París, donde asume la representación de la América Meridional Independiente. Esa acta es también firmada por Manuel de Salas, que junto a O´Higgins fueron los patriotas más cercanos a él. De su intensa actuación en Francia han quedado su nombre en el Arco de Triunfo de París, su retrato en el Palacio de Versalles, y su estatua en el campo de batalla de Valmy.
En 1799 regresa a América con el claro objetivo de difundir el ideario de la emancipación de América. De regreso en Venezuela participa en el proceso de independencia de ese país.
A principios de 1800, vive en Londres donde conoce a Sarah Andrews, con quien tiene dos hijos: Leandro y Francisco.
Francisco de Miranda quedó para la eternidad como uno de los precursores más sobresalientes del concepto de América como unidad, vale decir, como motor de una unidad de lucha, como elemento nítido de una estrategia planetaria. Es el primero que logra la perspectiva justa, la visión exacta y propone un nombre cabal, Colombia, el continente Colombiano. La razón de su vida: “La Independencia y Libertad del Continente Colombiano”.