Inauguró su centro de extensión con Eduardo Peralta y Felo.
El Colegio Francisco de Miranda vivió este viernes 20 de abril, una jornada de esas que marcan el alma de una comunidad, de esas que se recuerdan como un regalo intensamente esperado y recibido con emoción. Felo, Eduardo Peralta y José Antonio «Chicoria» Sánchez, fueron los grandes protagonistas del concierto inaugural del Centro de Extensión y Comunicaciones de este mítico colegio, una apuesta de su directorio y sus apoderados, en complicidad con el Colectivo LiberArte.
Así, un público absolutamente comprometido con el rito de la palabra cantada, transitó por la emoción, la risa, la reflexión, la ironía, el compromiso, en fin…una suma de sensaciones y convicciones, que sólo la canción de alto vuelo puede provocar. A nombre del directorio, dio la bienvenida inaugural Antonio Montero, quien llamó a los asistentes a hacerse parte y difusores de éste sueño. Entre el público, el rector del colegio, el profesor Juan Osses Beltrán y grandes invitados, especiales aplausos, recibió la querida María Lourdes Urbaneja, Embajadora de la República Bolivariana de Venezuela en Chile.
A las 21:30 horas, ya la sala se encontraba colmada con público en general y de la propia «familia mirandiana». Claramente un lujo de auditorio en cantidad y calidad, es decir… tierra fértil para grandes artistas.
José Cid, presentador, apoderado del colegio y miembro de LiberArte, dio paso al invitado de honor: José Antonio «Chicoria» Sánchez, también apoderado y ex alumno del «Pancho de Miranda», quien representando a la comunidad anfitriona, hizo estallar en aplausos a los asistentes, quienes se rindieron frente a la categoría de su guitarrística y la inteligencia de sus canciones.
Llegado el momento, Felo y Eduardo Peralta subieron al escenario, dando rienda suelta a su más querido repertorio, al que sumaron canciones de muchos de sus compañeros guitarreros y que interpretaron en forma separada y en conjunto. Así… el oficio, la gracia y la trascendencia de estos artistas, se apoderaron del recinto. Finalmente, un largo aplauso con el público de pié, dio cuenta de la estatura de la presentación y la emoción de la velada «mirandiana».
Es justo hacer notar en esta hora, que el Colegio Francisco de Miranda, a través de la autogestión y pese a las dificultades que provoca el navegar deliberadamente a contra corriente, ha podido demostrar en más de 43 años de práctica, que una educación distinta, progresista y comprometida con el bien común… es posible. Que sólo hace falta voluntad política y coraje ético, para poder replicar una experiencia así de transformadora, especialmente en estos tiempos, en los que la demanda por una educación democrática, recorre las principales avenidas del país.
Cuatro horas… cuatro horas… con los asistentes inamovibles, dan cuenta de la inolvidable noche. Todo terminó entre abrazos, felicitaciones, complicidades futuras y la convicción de que un espacio fundamental para la cultura en Santiago de Chile, ha comenzado a transitar con toda la fuerza de lo que se ha engendrado con amor.
Colegio Francisco de Miranda , un lugar para crecer de verdad
